Romina es la fuerza motriz de nuestra fundación. Ella misma ha experimentado literalmente lo que la fundación intenta abordar. Cuando tenía 15 años, Romina se topó con los límites de lo que podían ofrecerle sus profesores de violonchelo en Salta, su ciudad natal en el noroeste de Argentina. Para seguir desarrollándose y mantener vivo su sueño, tenía que viajar 22 horas en autobús a Buenos Aires para recibir una clase de una hora. Luego, 22 horas de vuelta. Un viaje lleno de peligros para una chica de 15 años que viajaba sola. Por suerte, Romina contaba con el apoyo de sus padres, que también pudieron pagárselo. Para muchos otros, por desgracia, no es así. Romina siguió desarrollándose y se fue a estudiar a Estados Unidos, donde obtuvo un máster en violonchelo. Hoy, Romina es violonchelista de la Orquesta Sinfónica de Salta. También toca en el renombrado trío argentino de música de cámara Victoria y recientemente tocó invitada por la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires  en el Teatro Colón.